La clave de la felicidad
- 19 feb
- 5 Min. de lectura
Hablemos de fortalecer nuestro intestino, cosa que está de moda y está tanto lleno de información verdadera como información falsa y lo mejor que podemos haces es investigar, leer libros, pero sabemos que la mayoría no lo hacen y leen artículos y este no va ser la excepción, lo que si es que les hablaré desde la verdad y debemos de aceptarlo, lo que se ingiere comúnmente está corrupto, todo lo que hay en el súper mercado o al menos un 90%, y esqueleto estamos dominados con una rutina que no nos deja pensar, nos mantienen cansados, el despertarse a las 4 am para preparar todo y que los niños vayan a la escuela, los desayunos, el lonche de todos para medio día, etc, las jornadas de 8 horas y todavía una rutina más de “descanso” que no es más que estresar el sistema nervioso más y no descansamos correctamente, permitiendo que todo ese ajetreo en el día nos mantenga cansados por años, pero qué tiene que ver todo esto con la microbiota? Buenos pues lo hábitos de afuera constituyen como va a ser por dentro todo, teniendo un estilo de vida común es importante poner más ojo en lo que se come, en dónde y cómo se come, si comes muy de prisa, muchos fritos, mientras trabajas, en la oficina frente al computador o en la calle donde hay mucho estrés y smock o comida de fonda que no es sana y además estás recibiendo el chisme del día, lo que estás haciendo es no masticar y dejar que pasen pedazos que aún no son tan digeribles para el estómago, por tanto no vas a tener una buena digestión, y qué pasa cuando no se tiene una buena digestión?
Pueden pasar múltiples cosas, para empezar debemos tener bien claro y grabado en nuestro saber que la digestión es la base de nuestra salud y, cuando no funciona bien, puede desencadenar una serie de problemas a corto y largo plazo.

Podemos iniciar por mencionar la resistencia a la insulina qué es lo más común llamado “el mal del puerco”, estreñimiento, gases, exacto, los gases no son normales, sentir cansancio, pesadez, y a largo plazo obesidad, diabetes tipo 2, problemas cardiacos, inflamación por que no hay variedad en la ingesta de alimentos, menos en microbiota y lo que mayormente se consume es la dieta T que inflama y grasas así como carne, y no hermanos, la carne NO tiene todos los nutirntes que necesita nuestro cuerpo, además de que no todos los cuerpos son iguales, necesitamos variedad, hojas verdes, fruta, verdura, crucíferas, semillas, leguminosas, y al final carne de pescado o pollo, eso si siempre orgánico, te fijas cuanta variedad de alimento podemos ingerir y lo que se consume comúnmente es carne y regularmente de verdura calabaza, zanahoria y papa no salimos, aunque es parte de la dieta de la milpa, sin embargo aún faltan elementos para ello… eso no es una alimentación sana
Cuando no se tiene una buena digestión, los alimentos no se descomponen correctamente, lo que lleva a una mala absorción de nutrientes, esto provoca una serie de efectos como la resistencia a la insulina, que es un precursor de la diabetes tipo 2, y el conocido "mal del puerco", la pesadez y los gases como se menciona anteriormente, que son señales claras de que algo no está funcionando bien. Además, el estreñimiento y el cansancio son otros indicadores de que el sistema digestivo está sobrecargado.
Al no variar la dieta, principalmente al consumir alimentos procesados y ricos en grasas y azúcares, se genera inflamación, lo que puede desencadenar problemas más serios como la obesidad y enfermedades cardiacas. Es cierto que la carne, aunque nutritiva en CIERTAS CANTIDADES, no tiene todos los nutrientes que el cuerpo necesita, y si se consume en exceso sin equilibrarse con otros alimentos, puede contribuir a desequilibrios, OJO, la ingesta de carne debe ser equilibrada, amenos 2 a 3 veces por semana y de buena calidad.
La clave es la variedad: hojas verdes, frutas, verduras, crucíferas, semillas y leguminosas aportan vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes esenciales que apoyan una digestión óptima y un sistema inmune fuerte, y claro, el consumo moderado de carne de pescado o pollo, siempre que sea orgánica, también es importante.
Lamentablemente, muchos de los alimentos procesados que vemos en la televisión (como los cereales de caja, las salchichas, los lácteos de baja calidad, etc.) están llenos de azúcares, colorantes y químicos que no aportan nutrición real y, en muchos casos, son responsables de problemas como hiperactividad, trastornos de atención (TDAH) y enfermedades a largo plazo, por ejemplo, los colorantes artificiales pueden alterar la composición de las bacterias intestinales, lo que desencadena un desequilibrio en la microbiota, esto, a su vez, puede favorecer el crecimiento de bacterias patógenas y reducir la cantidad de bacterias beneficiosas. Un microbioma desequilibrado está vinculado a trastornos digestivos, inflamación crónica, y hasta problemas como el TDAH.
Una dieta balanceada, que incluya una amplia variedad de alimentos frescos y naturales, es fundamental para la salud digestiva y, en consecuencia, para nuestro bienestar general.
Los azúcares procesados no solo contribuyen a la obesidad y la diabetes, sino que también alteran el microbioma, al ser consumidos en exceso, pueden favorecer el crecimiento de bacterias patógenas como Cándida, que, cuando se descontrola, puede provocar inflamación, gases y otros trastornos digestivos. Además, estos azúcares afectan el sistema inmune, debilitando las defensas del cuerpo.
El glutamato mono sódico, que se encuentra en muchos alimentos procesados, si no es que en la mayoría y comidas rápidas, es un potenciador del sabor que también puede tener efectos neurotóxicos. Su consumo en exceso puede causar dolores de cabeza, ansiedad, palpitaciones y alteraciones en el estado de ánimo, a nivel intestinal, el MSG puede alterar el equilibrio de la microbiota, afectando la permeabilidad intestinal y contribuyendo a la inflamación sistémica.
El microbiota intestinal está formado por billones de bacterias, hongos, virus y otros microorganismos que habitan en nuestro sistema digestivo.

La relación entre los alimentos que comemos y nuestro microbioma es profunda y obvia, los químicos presentes en los alimentos procesados pueden alterar este ecosistema, incluyendo nuestro estado anímico como se menciona en el párrafo anterior, favoreciendo a una microbiota dañina y reduciendo las bacterias buenas que nos protegen y ayudan a la digestión.
Cuando la microbiota está desequilibrada, pueden surgir una serie de problemas tanto a nivel digestivo (como gases, diarrea, estreñimiento) como emocional (estrés, ansiedad, cambios de ánimo), además, se ha encontrado que una microbiota desequilibrado está vinculada a enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas y trastornos autoinmunes como artritis. Como fortalecerlo, hacerte amiga de la cocina y comenzar a meter mano, consumo de brotes, de semillas, fermentos, de legumbres y hojas verdes así como frutas y verduras, de igual forma cuida lo que piensas y como te hablas, es tan importante como lo que ingieres, el canal entre ambos es mutuo y tan delicado que no nos damos cuenta. Ya sabes que hacer? si no es así agenda tu cita con nosotros y te ayudamos a descubrir tu desequilibrio, te ayudamos a equilibrar con terapia de digitopuntura y asesorías herbolarias.
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